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sábado, 26 de marzo de 2011

¡Uan dólar plis!. Gibmimani!!

El ministro de Educación, Joaquín Lavín , dio a conocer los detalles del Simce de inglés, que se comenzará a hacer desde este año en Octubre. La prueba será obligatoria para todos los alumnos de tercero medio del país, que son unos 240 mil.

Transcribo ahora la noticia dada por EMOL: “La autoridad detalló que el examen, que durará una hora, consta de cien preguntas de selección múltiple, que están divididas en dos secciones de 50 preguntas: una donde se mide el nivel de comprensión auditiva –Listening Comprehension– y otra que mide el nivel de comprensión de lectura –Reading Section–.” ....¿Qué tal?


Leí el resultado de la prueba SIMCE en Inglés hecha el 2010. El 90% de los alumnos no “cacha” nada.

En Chile necesitamos hablar inglés. Sí es cierto, pero también necesitamos hablar, escribir y leer  castellano. También necesitamos pensar bien  …y en castellano. Necesitamos hacer muchas cosas a la vez y con mucha fuerza. Si no es así haremos el ridículo.

Sólo para ilustrar el problema, si nos referimos a la prueba SIMCE 2009 de matemáticas el 70% de los alumnos de cuarto básico tiene logros bajos y regulares. En castellano, el 60% de los alumnos de cuarto básico, logra niveles bajos y regulares de comprensión de lectura. Los mismos alumnos logran un 70% en niveles bajos e intermedios de comprensión del medio natural, es decir de lo que nos rodea. Para qué hablar de los resultados en los mismos aspectos, si segmentamos por tipo de colegio y su financiamiento. Ahí sí que es penoso lo que vemos.

Si queremos ser un país integrado al mundo y tomando las oportunidades que éste nos da, debemos aprender más lógica y matemáticas. Esto para elaborar pensamiento lógico. Y para expresar ese pensamiento lógico debemos manejar muy bien nuestro idioma. Primero esto. Y ojo; todos tenemos que hacerlo, los que trabajamos y los que todavía no. Si no es así, tendremos una población laboral desintegrada de la población escolar. Estaremos desintegrando mucho más aún a padres con sus hijos, a viejos con jóvenes, al pueblo mapuche con los huincas, a empresas grandes con las pequeñas empresas.

Si no consideramos seriamente lo anterior, que unos hablen inglés y otros no, creará más discriminación, más barreras. Porque si tenemos la suerte de que los que hablan inglés hablan bien el castellano y se pueden expresar lógicamente, pero saben más de la historia política y económica de Estados Unidos que de la nuestra, estamos fregados. Ya partimos mal, muy mal.

Antes tenemos que generar confianza en el diálogo, hablando bien castellano, con lógica y con mucho respeto a nuestros antepasados y conociendo nuestra (no su) historia. ¿Qué diría a esta altura Natividad Llanquileo de que los huincas quieren ser un país bilingüe?. En su interior se moriría de la risa. Como vocera sería reflexiva y ya estaría preparando su siguiente movimiento. A lo mejor ya lo preparó. A lo mejor está haciendo cabildeo con el jefe de Michelle Bachelet, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Y en inglés. Porque sospecho que Natividad Llanquileo, primero aprendió de Chile y del mundo, usando mapudungún y castellano. Ella sí que es bilingüe. Luego, con los líderes mapuches entendió que eso estaba bien, pero faltaba. Sospecho, que luego, pero luego, aprendió inglés. (link)

Con fuerza, rapidez y dedicación, debemos aprender nuestra historia y nuestra geografía. Nos tendría que dar mucha vergüenza estar negociando en inglés con un alemán y que éste conociera más de nuestros volcanes y de nuestros puertos que alguno de nosotros. O con un polaco que nos diera cátedra sobre Ignacio Domeyko; o con un inglés y éste nos enseñara sobre O’Higgins. O con un neozelandés y que supiera chapurrear mapudungún. Porque si el neozelandés sabe algo de mapudungún, sabe de nuestros ancestros y de los mapuches.

Para qué hablar de los rusos, que están obligados en la educación secundaria, a aprender al menos tres idiomas y he conocido y trabajado con jóvenes rusos que hablan perfectamente el español y el inglés. Aquí recuerdo a Elena Kibbel, economista rusa, con quien trabajé en Concepción algunos años atrás. Ella tenía aproximadamente 24 ó 25 años, había estudiado economía en Rusia, recién había llegado a Chile y hablaba español e inglés perfectamente bien. Trabajaba preparando y filtrando reportes financieros de empresas de un chileno-ruso, instaladas en países de la ex URSS. Era muy culta. Su familia era de origen sencillo, o sea era una persona normal, con una educación rusa normal. Era práctica y con sentido común y se relacionaba con fluidez con todo local. Fue un agrado trabajar con ella.

Está claro entonces que aún debemos hacer más cosas y con fuerza y a la vez. Como por ejemplo ponernos todos los dientes, porque si no es así los sonidos nos van a salir muy raros o inentendibles. Lo que quiero decir es que debemos ocuparnos de nuestra salud.

También tenemos que ocuparnos de tener viviendas mejores para poder dormir bien e ir con fuerza al día siguiente a aprender inglés y castellano e historia y lógica y matemáticas. ¿Sino cómo?.

Tenemos que ocuparnos, además de lo anterior, de lograr sistemas de transporte público decentes, no sólo en Santiago. Porque si debemos gastar cuatro o más horas diarias para ir a trabajar, a clases de inglés, de castellano, de historia y de matemáticas, ¿qué vamos a hacer mal?. Estimo que todo o casi todo
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¿Han estado en invierno en la zona de los lagos?. ¿Han visto a los niños del sur caminar con lluvia y con frío para ir a tomar un bus, luego esperar largo rato al bus que pasa cada media hora o cada hora, para ir a la escuela que está lejos y a varios kilómetros?. Esperen. A veces no hay bus!! Esto es de ida. Y la vuelta lo mismo o peor, porque está oscuro.

De todo esto se ríe y se enrabia la buenamoza Natividad Llanquileo. Y yo con ella.

Todo lo anterior tenemos que considerarlo. Si no el inglés se nos va a quedar enredado entre la lengua y algunas muelas.

No sería raro entonces encontrarnos con escenas parecidas a las que una vez experimenté con mis hijos en Haití. En la esquina de Vitacura con Vespucio, podríamos ver a una señora con una guagua en los brazos diciéndome “uan dólar plis” o “gibmimani”.